La nutrición a lo largo del curso de la vida es uno de las principales determinantes de la salud, del desempeño físico y mental y de la productividad (Martorell, 1995). La mala nutrición (tanto la desnutrición como el exceso en la ingesta), tiene causas complejas que se originan de aspectos biológicos, socioeconómicos y culturales (UNICEF. 1998).La obesidad es el resultado de un desequilibrio entre la ingestión y el gasto energético. Este desequilibrio es frecuentemente consecuencia de la ingestión de dietas con alta densidad energética (los alimentos con altas cantidades de grasas y azúcares suelen tener una alta cantidad de energía en poco volumen de alimento) y bajas en fibra, y de gran cantidad de bebidas azucaradas, en combinación con una escasa actividad física. Esta última se ha asociado a la urbanización, al crecimiento económico y a los cambios en la tecnología para la producción de bienes y servicios, así como a los estilos de vida y de recreación (Popkin, 2002).
En México según la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición 2006, 7 de cada 10 mexicanos adultos tiene sobrepeso u obesidad (Olaiz et al, 2006).
La investigación epidemiológica ha evidenciado, una estrecha asociación entre una alimentación caracterizada por el exceso de alimentos demasiado calóricos y con elevado contenido en grasas y azúcares, pobres en hidratos de carbono complejos (como cereales integrales), con el incremento de enfermedades no infecciosas como: cardiopatía coronaría, enfermedad cerebro vascular, diversos cánceres, diabetes mellitus, cálculos biliares, caries dental, patologías digestivas, óseas y articulares. Las continuas pruebas científicas confirman la relación entre la dieta y su riesgo en la mortalidad de la población (Serra et al, 1994).
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L.N.H Rodrigo Mancilla Morales
rodmanci@gmail.com