Azúcar: ¿Una adicción?

azucar

El consumo de bebidas azucaradas, en especial los refrescos, pueden ser una pieza clave en el aumento de la epidemia de sobrepeso y obesidad en la población, básicamente las bebidas de este tipo tienen un efecto pobre para provocar saciedad, generando que el consumo de calorías a lo largo del día pueda ser mayor (Vasanti et al, 2006).

El sobrepeso y la obesidad están asociados con numerosas comorbilidades de gran preocupación para la salud, algunas de ellas son: hipertensión, las enfermedades cardiovasculares, diabetes, depresión y cánceres como el de mama, endometrio, de colon, y de próstata  (Must et al, 1999; Allison et al, 1999).

Un estudio reciente llevado a cabo en ratones sugiere que el consumo de bebidas endulzadas con fructosa aumenta la adiposidad más que lo que hace el consumo de cualquiera de las bebidas endulzadas con sacarosa o con edulcorantes artificiales (Jurgens et al, 2005).

A pesar de que se ha dicho que el índice glucémico de las bebidas azucaradas es moderado (Akgun et al, 1985), contribuyen en gran medida a una alta carga glucémica en virtud de la gran cantidad que se consume y está asociado con el pobre control glucémico en las personas con diabetes (Willet et al 2002; Schulze et al, 2004).

Otros estudios demuestran que el consumo de bebidas con azúcar resulta en un incremento en los biomarcadores inflamatorios como la proteína C reactiva (Liu et al, 2002; Pradhan et al, 2001) o la haptoglobina (Engstrom et al, 2003; McMillan, 1989) que están asociados con el riesgo de diabetes, y que puede ser agravada por el consumo de hidratos de carbono de rápida absorción y digestión (liu et al, 2002). En un estudio se investigó el efecto de las bebidas con azúcar añadido y endulzadas en relación a los biomarcadores inflamatorios en personas con sobrepeso, llegando a la conclusión de que también elevaban el nivel de haptoglobina y de transferrina pero no significativamente de proteína C reactiva, por lo que corrobora los hallazgos de otros que sugieren que el mecanismo inflamatorio que subyace al riesgo de diabetes puede estar exacerbado por el consumo de azúcares  de rápida absorción y digestión (Sorensen et al, 2005).

También se ha sugerido que los refrescos que contienen colorante de caramelo son ricos en productos finales de glucosilación avanzada, que puede aumentar la resistencia a la insulina y la inflamación: Sin embargo, tales resultados no se informaron para los refrescos de dieta por lo que requieren mayor investigación (Hoffman et al, 2002; Vlassara et al, 2002).

Una implicación adicional sobre el consumo de bebidas azucaradas incluye el desplazamiento del consumo de leche y otras bebidas nutritivas en los niños y adolescentes (Johnson et al, 2001; Nielsen et al, 2001; Nicklas et al, 2003; Rodriguez et al, 2003; Blum et al, 2005; Nicklas et al, 2001; St-Onge et al, 2003; Berkey et al, 2000; Kranz et al, 2005) provocando menor consumo de vitamina D, vitamina A, y vitaminas del complejo B como la B12 y B6 (Nielsen et al, 2001).

Pero, ¿cómo conseguir que la epidemia de obesidad esté bajo control? Paul van der Velpen jefe del servicio de salud en Ámsterdam nos dice lo siguiente:

«Una posibilidad es alentar la actividad física. Esta tiene el apoyo de la industria alimentaria. Su lema es un hecho : «No hay una dieta incorrecta, realiza actividad física y perderás los kilos suficientes». Pero en realidad ¿No hay una dieta incorrecta?

El endocrinólogo Aart Jan van der Lelij explica como funciona el azúcar en la revista volkskrant: Necesitamos la energía de lo que comemos, cuando tenemos suficiente energía, entonces paramos. Básicamente las proteínas y grasas se utilizan, pero se puede alterar este mecanismo cuando consumimos azúcar, quien quiere puede comer más y más azúcares , aunque el apetito se haya ido. Dale huevos alguien y se detendrá en un momento dado, déle galletas y comerá a pesar de todo, incluso generará un dolor de estómago. El azúcar es en realidad una forma de adicción, es tan difícil deshacerse de la tentación de comer alimentos dulces como lo es con el tabaquismo, las dietas en estos casos funcionan temporalmente. La terapia para la adicción es mejor.

Van der Lelij también indica que la industria de la alimentación hace uso de este mecanismo , y por lo tanto , fabrica productos alimenticios más dulces para alentar su consumo. Se conduce a la adicción…

Al igual que el alcohol y el tabaco , el azúcar es realmente una droga. Hay un papel importante para el gobierno . El consumo de azúcar debe ser desalentado y los consumidores deben ser conscientes de los peligros . Para mí,  al igual que con las etiquetas de fumar, en las bebidas gaseosas y dulces deberían venir con la advertencia «El azúcar es adictivo y perjudicial para la salud».

531848_496859013729574_750458399_n

Tiene que haber un impuesto del gobierno sobre el azúcar al igual que los reglamentos de sal deben ser elaborados en relación con la cantidad de azúcar que se puede procesar en un producto. Las aseguradoras de salud tendrían que financiar a sus clientes obesos la terapia de adicción.

En las escuelas no se debe ofrecer dulces ni refrescos, los fabricantes de bebidas deportivas que contienen azúcar deben ser demandados por publicidad falsa y así sucesivamente. Esto puede parecer exagerado y descabellado , pero el azúcar es la droga más peligrosa de este tiempo y puede obtenerse fácilmente en todos lados concluye Paul van der Velpen»

Otros estudios explican mas detalladamente los mecanismos implicados en el consumo de azúcar y la salud, algunos de ellos explican que el consumo de azúcar promueve un efecto de liberación de sustancias opioides (los opioides se recetan por sus propiedades efectivas con efectos analgésicos)  y de dopamina en el sistema límbico (Hernández et al, 1988; Radhakishun et al, 1988; Salamone et al, 1994) que con el tiempo van generando dependencia.

El consumo de azúcar en cantidades moderadas respetando las necesidades de calorías para cada persona favorece el mantenimiento del peso, sin embargo factores que conducen a un consumo exagerado como la probabilidad de adicción para algunos y la poca saciedad que generan, sin duda fomentan el consumo excesivo en la dieta haciendo que se favorezca el aumento de peso.

Saludos

L.N.H. Rodrigo Mancilla Morales

rodmanci@gmail.com

 

Deja un comentario